El poder de la convicción y el buen juego del Manchester United no sirvió para meter de nuevo a los Red Devils en unas semifinales de la Champions después de tres años consecutivos alcanzando esta fase del torneo. El 2-1 de la ida en campo teutón obligaba a los locales a ir a por todas para dar la vuelta a la eliminatoria, y así fue. Toda la plantilla salió convencida de la remontada, comenzando por un Alex Ferguson que arriesgó con Rooney, lesionado en el tobillo, que salió de inicio para este partido, a pesar de las dudas que generaba su estado de forma.
Rooney jugó, y lo dio todo en el campo, llegando incluso a saltar las alarmas tras recibir un golpe en su maltrecho tobillo, aunque fueron las bandas del United las protagonistas de esta pírrica victoria, con Nani como auténtico Dandy por la izquierda y Luis Antonio Valencia como la pesadilla de Badstuber, central reconvertido a lateral que tuvo que enfrentarse al Diablo sobre ruedas de Ecuador.
Habían transcurrido sólo tres minutos de juego cuando Brave Heart Darron -no Mel- Gibson destrozaba la libreta de Van Gaal en mil pedazos con un auténtico hachazo celta desde la frontal del área. Old Trafford soltó la correa de los sueños para que flotasen sobre su teatro del fútbol, y la función de hoy era de temática épica, aunque al final, como suele ocurrir, terminó en drama.
Antes de que el Bayern pudiese sacar su carácter alemán, Nani se presentó con el legado de Cristiano Ronaldo para perpetuar la regencia portuguesa de la clase y el gol Manchester. Su recital de juego se escribió en clave de gol y la primera nota, nada más y nada menos, fue un armonioso y bello golazo de tacón. Valencia cargó por banda fogueando la máquina de su tocayo vintage colombiano, dejando atrás a Badstuber por primera vez en la noche, y dibujó un perfecto arco de dentro hacia fuera, donde se encontraba Nani en el punto de penalti para clavarle la espuela a un balón que giró a portería. 2-0 y la confianza por las nubes.
Con el Bayern aturdido sobre el ring y con Van Gaal a punto de arrojar la toalla al terreno de juego, los locales se recolocaron y tomaron aliento. El primer tiempo siguió su curso con tranquilidad hasta su último tramo, donde llegó de nuevo la locura. La película se repitió y Stephen King puso la pluma a la pesadilla de Badstuber, que vio cómo el Diablo sobre ruedas, Valencia, le pasaba de nuevo por encima para entregarle otro chicharro a su socio portugués, Nani, que hacía el 3-0.
Así todo, cuando en Manchester ya se recostaban sobre las butacas de Old Trafford, Ivica Olic apareció para ponerle el picante a la receta y anotó el gol de la esperanza justo antes de llegar al descanso. Una buena inyección de adrenalina para no marchar a las duchas con la testa del todo baja.
El segundo tiempo fue otra batalla. Sin fiesta de goles, con muchos nervios y tensión, el Bayern parecía no dar con la combinación de la caja fuerte donde se escondía el premio de la remontada. Así todo, el martillo pilón alemán seguía golpeando a compás, lento, pero con decisión y constancia.
Además, el joven Rafael fue expulsado por doble amarilla tras dos acciones bastantes inocentes que le hacen pagar caro su inexperiencia en un partido de los que no permiten margen de error. Poco a poco, el degaste de jugar con diez hombres se hizo cada vez más pesado para los ingleses.
Tanto insistieron los teutones que terminaron encontrando su premio gracias a un misil tierra aire que salió de las botas del hombre de cristal, Arjen Robben, que sacó a relucir el blindaje de su bota con un empalme devastador desde muy lejos que dibujó una trayectoria de balón hacia la portería digno de enmarcar.
El holandés, ex del Real Madrid, se marchó muy contento del campo cuando fue sustituído casi inmediatamente después de su golazo con la satisfacción de saberse decisivo después de no haber podido jugar en la ida en el Allianz Arena.
Con este zarpazo, el Bayern alcanza unas semifinales de Champions -no lo hacía desde 2001- a priori bastante accesibles en las que se enfrentarán al Olympique de Lyon, un rival no muy peligroso, al menos teniendo en cuenta en la fase del torneo en que nos encontramos y de lo que ya se han deshecho los alemanes en estos cuartos de final.
jueves, 8 de abril de 2010
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